martes, 6 de noviembre de 2012

SANGRE SALVAJE (1990)

Escrito por ALFONSO & MIGUEL ROMERO


FICHA TÉCNICA
Título Original: Blood salvage
Akas: Mad Jake (Alemania)
Jake, o dolofonos tis leoforou (Grecia)
Mad Jake. No caminho da morte (Brasil)
Año: 1990
País: USA
Director: Tucker Johnston
Reparto: Danny Nelson (Jake Pruitt)
Lori Birsong (April Evans)
John Saxon (Clifford Evans)
Christian Hesler (Hiram)
Ralph Pruitt Vaughn (Roy)
Trailer: No encontrado
Ediciones Españolas en Vídeo: Tripictures
Punk-tuación: 6/10


SINOPSIS
La familia Evans recorre en su caravana el sur de los USA, y la adolescente April, anclada en una silla de ruedas, va presentándose a los distintos concursos locales de misses. Jake Pruitt, mecánico de un pequeño pueblo, ha estado siguiendo la trayectoria de la chica por los periódicos, y está convencido que puede hacerla volver a andar. Pero sus locos planes no acaban aquí. 


DATOS Y CURIOSIDADES
Fueron los 80 la década del cine postmoderno. El séptimo arte se miraba a sí mismo y, desde la perspectiva pertinente, se reía de sus propios clichés y limitaciones. Si en los 70 muchos directores utilizaron el cine de terror y el gore de forma contestataria, como un revulsivo, una manera de llamar la atención sobre determinados temas, en el decenio siguiente el terror postmoderno, pretendidamente menos serio, se observaba a sí mismo descargado de pretensiones sociales o ideológicas y, con la complicidad del espectador, intentaría entretener y divertir a través de recursos como la broma referencial o el humor directo. Joe Dante y John Landis supieron comenzarlo de forma inteligente. Llegó a las pantallas aquel subgénero que se conoció como "la comedia de terror adolescente", que tuvo su mejor ejemplo con aquella "Noche de miedo" (1985) de Tom Holland.

Pero un género sustentado en tales pilares está condenado a agotarse pronto, tanto o más que la propia década donde se gestó. "Sangre salvaje", fechada en 1990, aún se mueve entre el terror bruto y el gore sazonado con mucho humor (negro) y referencias intencionadas a hitos del género como, principalmente, "La matanza de Texas" (1974), de Tobe Hooper, y "Motel Hell" (1980), de Kevin Connor.


Danny Nelson, eterno secundario en producciones de todo tipo y muy conocido en la zona de Atlanta, donde se rodó el film, por sus spots publicitarios para Cortes Pickles, es el paleto fanático religioso empeñado en sanar a la inválida April (Lori Birdsong, vista en el "Munchies" de Tim Hirsch para la Concorde) y convertirla en su esposa, ocupando el lugar de su fallecida mujer, ni que decir cabe que de ésta guarda el cadáver momificado. En el negocio familiar le ayudan sus dos hijos medio retrasados (¿os suena?), y por el patio-desguace que rodea la casa anda suelto, a modo de mascota, un cocodrilo (más Hooper, en este caso el de "Trampa mortal"). El taller mecánico es una tapadera para el más lucrativo negocio que realmente da dinero a la familia de rednecks, atrapar a viajeros a los que mantienen en animación asistida para ir extrayéndoles los órganos y venderlos a millonarios enfermos. Entre los prisioneros vemos al mismísimo Elvis Presley (¿o un impersonator?).

En el lado de los buenos, los Evans, Johnston recurre a la familia protótipica y tradicional de clase media americana: papá (1) y mamá, y sus dos hijos, la chica adolescente y el crío latoso. Pero lejos del modelo spielbergriano, aquellos no saldrán vencedores frente a las adversidades, sino que a casi todos les espera un macabro final. Los Pruitt por su parte tampoco es que terminen muy bien parados. El director presenta situaciones tan propias del sur de Estados Unidos como los concursos locales de misses a los que se presenta la muchacha protagonista, a modo de afrontar y superar sus barreras físicas.


Nelson y la joven Birdson (de efímera carrera frente a las pantallas) llevan casi todo el peso de la película y ambos están muy bien en sus papeles. Los personajes de los vástagos del primero están trazados de forma esperpéntica, practicamente cartoons del habitual paleto sureño. Una combinación de humor y gore que parece por momentos perder el sentido de la medida en sus bromas macabras (cf: buscan al pequeño Bobby y la cámara nos enseña su cabeza dentro de un bote de formol). El pugilista Evander Holyfield anduvo metido en la producción ejecutiva y tiene un cameo haciendo de él mismo.

Fue la única película dirigida por Tucker Johnston, también en labores de guionista. Su otro único crédito es el libreto de la tercera parte del thriller erótico "Juegos secretos" que dirigiera en 1994 el experto en el género Gregory Dark.

(1) Nada menos que John Saxon, quien también en la zona de Atlanta rodara diez años antes "Virus", de Antonio Margheriti.

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