jueves, 2 de agosto de 2012

INFILTRADA (1987) / TERMINATOR WOMAN (1991)

Escrito por ALFONSO & MIGUEL ROMERO


FICHA TÉCNICA
Título Original: Catch the heat
Año: 1987
País: Argentina/USA
Director: Joel Silberg
Reparto: Tiana Alexandra, David Dukes, Rod Steiger, Jorge Martínez
Ediciones Españolas en Vídeo: MGM
Punk-tuación: 6/10

SINOPSIS
Una importante banda de traficantes de droga introduce heroína a gran escala en Estados Unidos. El método no puede ser más sencillo, se aprovechan de confiadas jóvenes que se someten a operaciones de cirugía estética para colocarles implantes repletos de droga. La policía decide ir a por ellos y para ello envían a su miembro más atractivo y explosivo, Checkers Goldberg, una experta en artes marciales que, haciéndose pasar por bailarina, tratará de tomar contacto con el capo de la banda


FICHA TÉCNICA
Título Original: Eve of destruction
Año: 1991
País: USA
Director: Duncan Gibbins
Reparto: Gregory Hines, Renée Soutendijk, Michael Greene, Kurt Fuller
Ediciones Españolas en Vídeo: Filmayer
Punk-tuación: 5/10

SINOPSIS
El gobierno de los Estados Unidos ha desarrollado una avanzada generación de robots que tienen más de humanos que de máquinas. La doctora Simmons es la creadora de Eve VIII, la última evolución de esos robots, que tiene su apariencia física y está programada con su propia experiencia. En una de las pruebas, Eve VIII recibe un disparo y sufre una avería que le hace estar perdida y fuera de control. Puede ser muy peligrosa si está en fase de combate y no acepta órdenes de ningún superior. El coronel Jim McQuade es llamado por sus superiores para tratar de neutralizarla pero sólo tiene un punto vulnerable, los ojos. La doctora Simmons tendrá que contarle al coronel toda su experiencia vital para tratar de adelantarse a los movimientos de Eve VIII. Pero aún hay otro problema más grave que Jim desconocía y es que se puede activar como si fuera una bomba nuclear.

LA EXPERIENCIA

El final del “Comando” (1986) de Mark Lester es sumamente ejemplar: John Matrix (Arnold Schwarzenegger) lleva en brazos a su hija pequeña Jenny (una jovencísima Alyssa Milano) tras rescatarla de unos tipejos que la habían secuestrado para hacerle chantaje. Un chantaje en contra de su país al que por supuesto no estaba dispuesto a sucumbir, y para rescatarla ha ido eliminando a todo aquél que se le pusiera por delante. El ejército está llegando y un oficial le pregunta “¿Has dejado algo para nosotros?”, aquél responde “Sólo cadáveres” y prosigue su camino.

Si en los 70 los Stranglers cantaban aquello de “No more heroes” y en el cine campaban los anti-heroes y los perdedores, los 80 nos trajeron a Bonnie Tyler canturreando “Holding out for a hero” y las películas comerciales de la era Reagan nos impusieron un nuevo tipo de héroe de acción. Valores tan tradicionales como el honor, la familia y la patria motivaban a los héroes de una pieza de la llamada “muscle-opera” a llevar a buen puerto sus aventuras, haciendo suyo el “do it yourself” del sueño americano transportándolo al paroxismo y dejando a su paso, generalmente, un nutrido reguero de cadáveres. Nunca en el cine se mató tanto y de manera tan frívola e impune como en las cintas de acción de los 80 y primeros 90, mientras el titán de turno soltaba frases lapidarias que han quedado grabadas en el imaginario colectivo. Además, y por suerte, la fórmula de la buddy-movie se instauró en el género, gracias a policiacos de acción como el “Límite: 48 horas” (1982), de Walter Hill, y sobre todo a la saga de “Arma letal”, iniciada en 1987 por Richard Donner, dotando a las películas de un voluntario humor muy de agradecer y llenándolo todo de divertidos diálogos incluso en los momentos más críticos. Y por muy increíble que parezca la cosa funcionaba, redondeando el resultado como queda patente en algunos de sus mejores ejemplos, caso de “Tango y Cash” (1989), de Andrei Konchaslovski, y “Mentiras arriesgadas” (1994), de James Cameron.

Fueron cintas repletas de testosterona, protagonizadas por norma general por tipos muy varoniles, donde la fémina quedaba reducida a un segundo plano, como la chica del héroe o la damisela en apuros. Contadas fueron las heroínas en este cine de acción. Quitando a Cynthia Rothrock, quien se labró su reputación de action-star en el cine de Hong Kong, pocas más nos quedan. Os proponemos en esta sesión de grindhouse un programa doble de acción ochentera donde “las chicas son guerreras”.

Joel Silberg, de origen palestino, vio su carrera unida a la de los productores Golan-Globus, y con ellos trabajaría también en Estados Unidos, en alguna que otra película que seguía las modas imperantes dentro del cine más comercial de los 80. Comenzada la segunda mitad de la década se embarcaba en esta producción con Argentina que protagonizara Tiana Alexandra, nacida en Saigón pero criada en los Estados Unidos, donde su familia tuvo que refugiarse huyendo de la guerra de Vietnam. De casi anecdótica  trayectoria como actriz, aunque luego haya seguido ligada al cine en otras facetas (1), Tiana se hacía con el papel principal en esta cinta como la agente de policía que marcha de Nueva York a Argentina para infiltrarse, haciéndose pasar por bailarina, en una red de tráfico de droga. Junto a ella el televisivo David Dukes en el papel de su jefe (al que, por supuesto, no hace mucho caso) y el veterano Rod Steiger (con un horrible peluquín) como el malo de la función. El profesor Toru Tanaka haciendo el papel de siempre. Y en un cameo al comienzo del film tenemos a Brian Thompson, por entonces muy conocido por interpretar al villano de la exitosa “Cobra, el brazo fuerte de la ley” (1986), de George Pan Cosmatos, y que hasta llegó a hacerse con un papel en el culebrón “Falcon Crest”.

El film es muy humorístico, con una trama tan desquiciada no podían tomárselo de otra manera, y la pequeña Tiana se pasa todo el metraje haciendo chistes. Además, David Dukes y Jorge Martínez (en el papel del policía argentino) forman la pareja cómica y de acción habitual en las buddy-movies, que sueltan comentarios jocosos justo antes de lanzar una granada a sus enemigos. Moviéndose por los derroteros propios del género, no falta el romance entre la pareja protagonista, e incluye un inevitable  happy-end con la policía y su jefe besándose mientras se alejan subidos en un helicóptero.

“Eve of destruction” es un título más poético y a la vez cargado de sentido, pero los distribuidores españoles no pasaron por alto los (descarados) préstamos que la película de Duncan Gibbins coge del blockbuster de Cameron y Schwarzy. Al contrario de la anterior comentada, “Terminator woman” (2), pese a su condición de pura exploitation y algunos apuntes desquiciados del guión, carece de humor, e incluso tiene su trasfondo dramático-familiar-feminista más propio de un telefilm de Antena 3 del mediodía.

Los papeles protagonistas recaen en el actor y bailarín Gregory Hines y la actriz holandesa Renée Soutendijk. Hines, de prolífica trayectoria hasta su muerte en 2003 víctima de un cáncer, es recordado sobre todo por dos películas, “Noches de sol” (1985), de Taylor Hackford, y “Cotton Club” (1984), de Coppola. Precisamente para participar en esta última, rechazó el papel que al final haría Eddie Murphy en “Límite: 48 horas”, y que ayudaría a impulsar su carrera en el cine. Hines por su parte protagonizó en 1986 un film muy similar al de Walter Hill bajo la dirección de Peter Hyams, “Apunta, dispara y corre”, haciendo pareja con una estrella de los 80 como Billy Crystal.

Renée Soutendijk, al igual que sus paisanos Rutger Hauer y Jeroen Krabbé, sus trabajos con Paul Verhoeven le dieron fama y abrieron las puertas de Hollywood. Si bien sus compatriotas gozaron de cierta reputación en la meca del cine, la menuda rubita no llegó a cuajar. En su poco interesante trayectoria en los USA, su película más conocida es precisamente ésta, donde encarna el doble papel de científica y androide a lo Terminator que para colmo lleva incorporada una bomba nuclear.

Gibbins, especializado en videoclips y quien había realizado el hit romántico-adolescente “Fuego con fuego” (1986), curiosamente se mueve mejor en las escenas de acción que en las dramáticas. Al igual que la Soutendijk resulta más convincente como la (casi) imparable ciborg Eve VIII, con cazadora de cuero roja y pelo revuelto. Interesante el apunte de los deseos reprimidos de sexo y venganza de la androide, que hace suyos los recuerdos de la doctora Eve Simmons y va a matar a quien le hicieron daño en el pasado, incluyendo a su propio padre (3).

En lugar de en una fundición, el film llega a su clímax final en una estación de metro, donde tendrán que detener al ciborg antes de que eclosione. No faltando el detalle del ojo reventado de "Terminator". La rubia holandesa no tardaría mucho en regresar a la vieja Europa para seguir allí su carrera. "Terminator woman" conoció una edición en DVD a cargo de Eurocine en su colección Clásicos de Oro, con poca distribución y a día de hoy descatalogada.

(1) El pasado 2011 venía acreditada como productora asociada en “Un método peligroso”, de David Cronenberg.
(2) En 1993 Michel Qissi dirigió en los USA “Terminator woman”, film protagonizado por Karen Sheperd que en España se conocería como “Kickboxer Terminator”.
(3) Un poco como los asexuados niños que engendra Nola Carveth (Samantha Eggard) en “Cromosoma 3” se encargaban de matar a todo aquel que hiciera daño o supusiera una amenaza para su progenitora.

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